domingo, noviembre 05, 2006

mi vida

Todas íbamos a ser reinas
Todas íbamos a ser reinas, de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia y Lucila con Soledad.
En el valle de Elqui, ceñido de cien montañas o de más,
que como ofrendas o tributos arden en rojo y azafrán,
Lo decíamos embriagadas, y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas y llegaríamos al mar.
Con las trenzas de los siete años, y batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos en la sombra del
higueral,
De los cuatro reinos, decíamos, indudables como el Korán,
que por grandes y por cabales alcanzarían hasta el mar.
Cuatro esposos desposarían, por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores como David, rey de Judá.
Y de ser grandes nuestros reinos, ellos tendrían,
sin faltar, mares verdes, mares de algas, y el ave loca del faisán.
Y de tener todos los frutos, árbol de leche, árbol del pan,
el guayacán no cortaríamos ni morderíamos metal.
Todas íbamos a ser reinas, y de verídico reinar;
pero ninguna ha sido reina ni en Arauco ni en Copán.
Rosalía besó marino ya desposado en el mar,
y al besador, en las Guaitecas, se lo comió la tempestad.
Soledad crió siete hermanos y su sangre dejó en su pan,
y sus ojos quedaron negros de no haber visto nunca el mar.
En las viñas de Montegrande, con su puro seno candeal,
mece los hijos de otras reinas y los suyos no mecerá.
Efigenia cruzó extranjero en las rutas, y sin hablar,
le siguió, sin saberle nombre, porque el hombre parece el mar.
Y Lucila, que hablaba a río, a montaña y cañaveral,
en las lunas de la locura recibió reino de verdad.
En las nubes contó diez hijos y en los salares su reinar,
en los ríos ha visto esposos y su manto en la tempestad.
Pero en el Valle de Elqui, donde son cien montañas o son más,
cantan las otras que vinieron y las que vienen cantarán:
«En la tierra seremos reinas, y de verídico reinar,
y siendo grandes nuestros reinos, llegaremos todas al mar».





Desde que tengo uso de razón he querido ser princesa... tal vez por la fantasía de los cuentos de hadas o la ternura del romance del príncipe azul.. el sueño de toda mujer.. un príncipe azul.
Siento algo de tristeza... quisiera que todo fuese distinto..
tal vez mi vida no tenga un rumbo concreto, eso es lo que más duele... quisiera morir ahora mismo..
tengo una mezcla de rabia y pena con muchas cosas que yo quería para mi vida y nunca resultaron, ahora lo único que me queda es pensar en que haré con lo que queda de mi vida...
no entiendo por que la vida tiene que ser tan injusta....

No hay comentarios.: